jueves, julio 21, 2011

Me duele

Rafael Guevara

Me duele el olvido
como me duele la muerte
yo digo que el olvido
es peor que la muerte

Cuando a mi me llegue la muerte
también me llevará el olvido
la tumba cubierta de flores
estará olvidada y vacía

Mis nietos no sabrán
que existió un abuelo
ya no lloraran
ni me traerán flores

Mis amores también habrán muerto
con sus hijos se habrán ido
mis luchas ya no serán recuerdo
el olvido me habrá cubierto

Me duele la muerte
pero mas me duele el olvido
nada es eterno solo el olvido
me duele la muerte
me duele porque he vivido.


HRBG      20072011

Hasta las piedras.


Rafael Guevara

Hasta las piedras
se levantaron
a cantar la bienvenida
los que conocían
el hambre y el frío
eran bendecidos.

Les envío una carta
porque son fieles
a los dolores de su ausencia
aun retumban sus oraciones
esperan el tiempo de la venida.

Mis hermanos están ciegos
pero sonríen
viven en luto eterno
con la lengua partida

Miro tus manos fuertes
como trabajan
abres la tierra hembra
con todos tus dedos

Te pesa el mundo
te abren el costado
pero jamás serás derrotado
eres un hombre indestructible.

Reciban mi nota
desde la distancia
en ella explico
porque los admiro
guerreros de vida
de manos limpias.

En estos tiempos
que poco creen
solo los barcos
navegan siempre
saborean los vientos
y las tormentas
manejan el tiempo
con hábiles dedos.

Cantemos ahora
al mundo nuevo
yo les anuncio
se acercan todas
la primaveras
si no nos dejan
cantar su canto
hasta las piedras
lo entonaran.


HRBG        21072011

lunes, julio 18, 2011

El Encino

Rafael Guevara

Al encino primero le brotó una casa
luego le nacieron muchas mas
sus ramas se fueron poblando de gente
pronto el árbol albergaba un pueblo.

La gente se acostumbró a vivir en las alturas
las arañas revoloteaban en el cielo
con las hormigas voladoras
las hojas nunca mas descendieron.

Los sueños en el árbol cobraron vida
las gente se paseaba entre las hojas
celebrando en cada rama
el pueblo del encino sonreía.

Cuando vino el fuego
nadie lo vio llegar
llegó de noche
como llega el fuego
en silencio, sigiloso.

Las gentes bajaron del árbol
en busca de agua
lucharon toda la noche
subiendo jarras
por las ramas, por las nubes.

Cuando todo hubo terminado
del pueblo no quedaba nada
el árbol era un carbón seco
la gente lloraba desconsolada.

Vino la lluvia y pasó el tiempo
muchos se fueron tras el horizonte
buscando nuevos caminos

El encino carbonizado
bostezó como cansado
se torcio con el viento
y mostró un brote nuevo
una nueva cabaña en una rama
que se llamaba comienzo.


HRBG       18072011

domingo, julio 17, 2011

Vuelo nocturno sobre los puentes


Rafael Guevara


Despertando en un campo de tabaco
se encumbró sobre vegetaciones y pilares
las luces y los trenes levantaban el polvo
brillante y sus alas abiertas al cielo.

Se deslizó entre las torres y los puentes
bajó por las montañas de hielo
cruzando las brumas y los riscos.

En la altura observaba el silencio
silenciosa  la urbe amordazada
liberando a sus criaturas mas inocentes
rostros quebrados por las aguas y los vientos
ojos extirpados por el llanto.

Capturando el escaso aire de los parques
retozando en las hierbas ácidas de las plazas
negros partos en cada esquina
y los ángeles impotentes mirando desde los arboles
a los niños perdidos en el tiempo

Mascando hogazas, el carbón mojado y la sal
calentando las piernas solo con pan
las hojas de los cuchillos cortan las caras
robándole el aliento a las inmundicias
la sonrisa a los famélicos del viento

Voló por los rincones de las estaciones
abandonado por los pensamientos y las ensoñaciones
pervertido por el llanto, mascaba su lengua
ahogados los gritos en la penumbra del pecho
atado a los puños de dureza impotente

Al descender observaba a los ancianos
partiendo sus manos llenas de guijarros
pedazos de greda de su tierra natal

Quebradas sus pieles por el cansancio
labios partidos de hambre y de vino

Frío que no alcanza las alturas
capturando la bruma de las superficies.

Al final, alcanzó el filo del océano
celoso de relámpagos, enemigo de la arena
revoltoso engullía marineros y pescadores
envidioso de la pena de las viudas, insaciable
atrapando embarcaciones y penas de ingenuos amores.

Asustado por controlar el vuelo insoportable
buscando los campos de tabaco floreciente.

Ausentes las hojas, transados los niños
multitudes de ancianos abandonados y muertos
paralizadas sus alas metálicas, intentó huir
pero lo perseguían cuchillos incansables
cortaron su plumaje y sus alas.

Cayó sobre la hierba y sobre el llanto
perdido entre las plazas y el bosque
no divisaba ni las dunas ni el océano
cubierto por el cabellos de los abandonados
recobró el calor y la seguridad
como cuando se tiene compañía

En el medio de un campo de tabaco
el testigo de la noche de siempre
encontrado con los ojos abiertos
dibujado en sus pupilas el espanto
de lo que hemos renunciado a ver.


HRBG       25081991

viernes, julio 15, 2011

La frágil santa de dedos largos.


Rafael Guevara

Pequeña frágil de los dedos largos
apretaba los dientes indefensa
caían sutiles cabellos entre sus piernas
sobre manzanas rojas de primavera

Oró durante milenios
sin que nadie la viera
sin que se le agradeciera

Oró por ella
Oró por todos
Oró de noche
Oró en la arena
Oraba siempre
Oró por cualquiera.


Rascando los árboles de las almendras
quebrando las ramas del abedul
cubría todo con su aliento
cargando las penas y los tormentos.

Abrió un surco sobre la tierra
húmeda de sed, también de espanto
clavando las puertas de aquel convento
leyendo a los santos, hasta quedar ciega

Oró durante milenios
sin que nadie la viera
sin que se le agradeciera

Oró por ella
Oró por todos
Oró de noche
Oró en la arena
Oraba siempre
Oró por cualquiera.

Cantando himnos medievales
alegres los bosques y los zorzales
prendió las velas y candelabros
corrió descalza los monasterios

Oró por ella
Oró por todos
Oraba siempre
Oró por cualquiera.

HRBG       08121983

lunes, julio 04, 2011

Cuando termina el día.


Rafael Guevara

Cuando termina el día pienso
que la tierra otra vuelta ha girado
el frío parte cada uno de mis huesos
y la sonrisa aun no me ha dejado.

La sombra derrumbada llora
al calor que baja del cielo
mojándolo todo con lágrimas
que cortan pieles abandonadas.

Las hojas secas inundadas
lo cubren todo de aroma a tierra
y por las calles se oye el eco
de sueños de gente nueva.

Son contracciones del día que viene
entre los bosques que sobreviven
llenando el aire de aire
y las nubes de agua.

El fuego oculto de las miradas
ausencia que engaña a los insectos
calienta gargantas y aprieta puños
iluminando todas las pupilas.

Llega la noche y yo solo pienso
donde estarán las caras olvidadas
será que acaso el tiempo sea nuevo
y sean ellas la que hoy día marchan.

Mañana será un gran día
cuando comience de nuevo otro comienzo.
Tal vez me encuentre con la que yo siempre he buscado
entre multitudes que claman un principio.

El sendero húmedo hacia el tiempo
en que tú vuelvas a ser mi hermano
cuando las sombras ya no sean mas taladas
y todas las estrellas vuelvan a su sitio.


HRBG      04072011.

viernes, julio 01, 2011

Las sonrisas.


Rafael Guevara


Las sonrisas aletean llenas de piedras
dan mordiscos a las nubes negras
Las nubes sangran jugos brillantes
en hemorragias que inundan pueblos.

El aire esta repleto de sonrisas que muerden
los ojos temerosos evitan las sonrisas
los labios asustados callan las sonrisas
las sonrisas son deglutidoras de miradas.

Dicen los mas viejos que antes no era así
que las sonrisas han cambiado
las sonrisas  nos están cambiando
las sonrisas nos dibujan continuamente

Las sonrisas aletean y vuelan cada vez mas alto
desde la altura nos miran con sorna
de seres que se arrastran sobre la tierra
incapaces de volar como las sonrisas.

 RGHBG      30062011