Rafael Guevara
Ese cuchillo que vuela sobre mi prado
arranca mis cabellos y mis parpados
el frío se cuela y yo encerrado
con mis mejores amigos atrapados.
Corríamos huyendo de las policías
para encontrar poesías clandestinas
hacíamos en amor en las esquinas
en la calle Alameda de las Delicias.
Como las olas retumbo entre sabanas
el sueño extraviado en una esquina
clavo mis dedos en caras extrañas
con tus miradas me rebanas.
Ahora te digo quédate quieta
Detén tu latido y tu rubor falso
Desprendo botones con cansancio
Y beso unos hombros extraños.
Insomnio de gente que ya no sueña
Cuya mirada alcanza solo una baldosa
Durmientes caminan por los mercados
Fantasmas que compran en el gentío.
Abrásame fuerte que vengo entero
No cierro los ojos, están tan ciegos
Si a veces parecen como dos globos
Repletos de sangre y de secretos.
RGHBG 05012011
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